Considerando
que toda secuencia didáctica tiene una etapa de inicio, una de desarrollo y una
de cierre, los procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación deben confluir,
con la finalidad de acercar al estudiante al logro del aprendizaje esperado.
La evaluación al inicio de la secuencia didáctica
La
etapa de inicio de la secuencia didáctica es decisiva para interesar a los
alumnos en el aprendizaje, por lo que es recomendable comunicarles lo que se
espera que aprendan, cómo lo lograrán y para qué les va a servir.
En
esta fase, es preciso explicar cuáles serán las actividades que se llevarán a
cabo, qué resultados o productos se quiere obtener, cómo se relacionan con el
aprendizaje esperado y qué función tendrán en la valoración de los logros del
mismo. Es importante verificar que los estudiantes hayan entendido la tarea que
se les propuso y generar alguna evidencia.
La etapa de inicio corresponde a la
evaluación diagnóstica, en la que se busca la valoración de los saberes
e ideas previas; de los
razonamientos y estrategias espontáneas; de las actitudes y los hábitos
adquiridos por los alumnos en función de su utilidad para el aprendizaje
esperado, así como de las representaciones
que generaron los estudiantes acerca de la tarea que se propone.
La evaluación durante el desarrollo de la
secuencia didáctica
Las
actividades que se desarrollen para introducir nueva información y llevar a los
alumnos a comprenderla, incorporarla, transferirla y aplicarla, deben ser
acordes con el enfoque didáctico y las competencias de la asignatura o del
campo formativo con el que se está trabajando.
Cabe
señalar que, durante el desarrollo de la secuencia didáctica, se lleva a cabo la evaluación formativa.
En la etapa de desarrollo, la evaluación formativa dependerá en gran medida de
las evidencias que desde la planificación se hayan previsto obtener, para valorar los progresos de los alumnos en
el aprendizaje, los saberes nuevos
que han conseguido, sus razonamientos y sus hipótesis o explicaciones, así como
las estrategias que emplean para aprender.
Para
evaluar los aprendizajes esperados es importante centrarse en los procesos y en
las estrategias que los alumnos utilizan al realizar las actividades que se les
proponen, así como en los productos, y no sólo en la cantidad de conocimientos
adquiridos.
La evaluación al cierre de la secuencia didáctica
En
la etapa de cierre de la secuencia didáctica se deberá contemplar la propuesta
de actividades para favorecer procesos de reflexión en el alumno acerca de lo que
aprendió y cómo lo aprendió.
La etapa de cierre corresponde a la
evaluación sumativa, cuyo objetivo central
es la valoración del logro de los aprendizajes esperados. Ésta puede llevarse a
cabo a partir de las evidencias reunidas a lo largo de la secuencia didáctica,
considerando el resultado o producto final, y su análisis permite obtener un
juicio.
Con
la evaluación sumativa, se podrá conocer
si los alumnos cuentan con las bases para continuar aprendiendo; elaborar
algún juicio a partir de los resultados
de los procesos de enseñanza y de aprendizaje; considerar la información
necesaria para asignar un nivel de desempeño y/o referencia numérica, en los
casos que así se requiera; y adecuar las estrategias didácticas y la
intervención docente en favor de los alumnos.
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